Alvaro Pardo tiene un secreto. Su libertad sonora es inaudita, poco común. Quizás, para algunos, suicida en este mundo en el que las etiquetas van por delante de los fundamentos y el talento.
Dr. Think practica un libertinaje musical adquirido como propio tras enormes noches de emoción y apretón de ganancia en cabinas extrañas y lejanas, tras largas madrugadas ampliando frente a los technics su armario sónico... toda una vida pensando/buscando sonidos, en atmósferas, en la música mayestática, digital y ensoñadora.
Es cuestión de buen gusto. Desde el mejor y carnal funk setentero; hasta el breakbeat más garajero, pasando por el minimal de alto octanaje y el hip-hop -que tanto ama este gallego- funde, aúna y con doctorado autodidacta consigue que los ritmos más sincopados y rupturistas viajen sin colisión en sus sets. Vinilos cálidos, almas circulares, galeradas de sueños deambulan en sus viajadas maletas.
Saltó de su amada tierra patria esa Galicia adorada y amable, pero salvaje, que engulle a sus hijos a base de chapapote, intolerancia y años de -dictadura cultural- para compartir su estilo libre, su emergencia sonora con los mortales.
Ha sido y es residente en las mejores salas patrias y otras situadas en lugares como Latinoamérica. Ha compartido noches con los mejores selectores del mundo. Los festivales más exquisitos reclaman sus servicios y la rancia crítica especializada lo coloca en su punto de mira como una de las apuestas electrónicas más emocionantes y sorprendentes en estos albores de siglo 21.
Paralelamente, y además de su otra aventura confesable en Safari Orquestra, es el alma del combo Telémaco. Aquí comparte desvelos con sus amigos el músico Mike Rolling y los vdjs Marcos y Luis (d-rndm) con ambos nos regala un viaje audiovisual en el que la fusión de lo digital con lo doméstico y lo cinéfilo da como resultado un sonido sensual, raro, entrañable... siempre sorprendente.